Iñaki Pérez

Hace unos años (tres-cinco) se planteaba una discusión teórica relativamente interesante entre los conceptos de innovación abierta (propuesto por el Profesor Henry Chesbrough de Berkeley en 2003, aunque la idea en sí es muy anterior) e innovación cerrada.
Se entendía por esta última la innovación originada, gestionada, impulsada e implementada internamente por la propia organización mientras que la abierta permitía que en cualquiera de las fases del proceso intervinieran agentes externos a la propia compañía, tanto en la idea original o en la implantación final como en los procesos intermedios.
Tan pronto surgió el concepto, multitud de teóricos del management y de la innovación, a ambos lados del atlántico, hablaron y discutieron las ventajas del modelo abierto frente al cerrado. Se han aportado multitud de ejemplos de uso de la innovación abierta (desde la Virtual Innovation Agency de BMW, al Connect & Develop de Procter & Gamble o el Videoclub Imagenio de Movistar) para comentar su extremada utilidad frente a la innovación cerrada.
No cabe duda que una organización abierta al aprendizaje y a las ideas nuevas tiene una mayor capacidad de invención e ideación de nuevos productos o servicios que una organización cerrada. No cabe duda que una organización dispuesta a escuchar a sus clientes/usuarios, empleados, proveedores estará permanentemente ideando nuevos modos de hacer las cosas más adaptados a los clientes/usuarios, empleados, proveedores (después de todo son ellos los que aportan las ideas).
Sin embargo esto, que es evidente nos genera una duda generalizada respecto al management empresarial: ¿se puede estar cerrado a las ideas de los clientes/usuarios, empleados, proveedores y sobrevivir?
La cuestión no es, ya, la innovación o que esta sea abierta o cerrada. La cuestión es mucho más básica y trascendente: ¿se pueden ignorar las demandas de los clientes? ¿se puede ignorar el conocimiento acumulado de los empleados? ¿se puede maltratar a los proveedores?
Lamentablemente hemos de decir que, hoy por hoy, hay muchas compañías que trabajan contra sus clientes y que ignorar soberanamente a sus empleados.
Podemos empezar por hablar de las compañías que atienden a sus clientes con una máquina que les dice “Pulse 1 si quieren…”, podemos seguir por las que venden preferentes a sus clientes y continuar por las que “negocian” con sus proveedores pagos a 120 días (o más) y/o recortes draconianos en los precios.
¿Alguien me puede explicar qué innovación abierta aplican estas compañías?