Al menos según el calendario maya. Bueno, pues si no se acaba afrontaremos el 2013 y las empresas lo pueden hacer de dos formas.
Siguiendo la tónica dominante: crisis, recortes, ajustes, precaución… que nos llevará a una repetición del 2012 aunque más acentuada (hay menos reservas, menos esperanzas, menos nivel de negocio…).
Empezando a construir el futuro. Es fácil decirlo y “apuntarse” al carro del optimismo, al menos de boquilla. Sin embargo, en mi experiencia no debe ser tan sencillo hacerlo de verdad. Si fuera fácil todos estaríamos ahora mismo siendo positivos, optimistas y construyendo un futuro mejor. La realidad es que, hoy por hoy, la mayor parte de las empresas de este país están siguiendo la tónica dominante.
Construir el futuro no es fácil, y menos en este tiempo que nos toca vivir. Hace falta asunción de riesgos, inversión y optimismo.
Sí hay que invertir, especialmente en las primeras partidas en las que se ha han hecho recortes: formación, I+D, reorganización, márketing, reinvención de productos… ¿y quién es capaz de hacerlo en estos tiempos? Especialmente cuando eres consciente que cualquier beneficio que se pueda conseguir invirtiendo en esas áreas se contempla a medio y largo plazo.
Sí hay que asumir riesgos: las inversiones que hagamos puede que no se recuperen, las contrataciones, los crecimientos, los gastos… el “sentido común” nos ordena que seamos prudentes, precavidos…
Todos decimos que hay que ser optimistas y lo decimos convencidos. Pero “del dicho al hecho…”. El optimismo se demuestra con hechos y no con palabras. Optimismo implica confianza en el futuro. Que va a ir bien. Y los hechos que lo demuestran son la inversión y la asunción de riesgos.
Los líderes de hoy (políticos, empresariales, directivos…) distamos mucho de ese optimismo: ni invertimos a medio-largo, ni asumimos riesgos.
Así pues… ¿se equivocaron los mayas? ¿afrontaremos el 2013 como una nueva oportunidad que nos conceden los mayas o como una continuación del decaimiento progresivo que nos lleva al fin del mundo poquito a poquito?
Iñaki Pérez
Socio-director BCD
Debe estar conectado para enviar un comentario.