Manifiesto ANIS-FIAB: “la desinformación en nutrición es un riesgo para la salud”

octubre 31, 2013

Ayer, en el marco del IX Congreso de La Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), ANIS y FIAB han presentado el “Manifiesto por una Comunicación Responsable en Alimentación y Salud”.

El Manifiesto es un decálogo elaborado por profesionales en información de la salud, expertos de la industria de alimentación y bebidas, así como representantes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

En su presentación el Director General de FIAB, Horacio González Alemán y el Presidente de ANIS, Alipio Gutiérrez, presidente de ANIS, comentaron la gran importancia de comunicar con objetividad y rigor todo lo relacionado con los alimentos.

fiabanis.jpgEn este sentido, en este Manifiesto se explica la importancia de contextualizar siempre el consumo de un alimento o bebida dentro deuna alimentación y unos hábitos de vida determinados, puesto que los hábitos de vida saludables son un factor más que, junto con otros como la genética o ambientales, influyen en la salud de las personas.

 

Decálogo del Manifiesto por una comunicación responsable en alimentación y salud:

1.       INFORMACIÓN DE INTERÉS PÚBLICO. Las noticias sobre alimentación y salud tienen una influencia directa en las decisiones de los ciudadanos y en sus hábitos de alimentación. En consecuencia, es nuestra responsabilidad ofrecer el máximo rigor, objetividad y evidencia científica como principios básicos que rijan nuestro trabajo.

2.       ALIMENTACIÓN, ESTILO DE VIDA Y SALUD. La alimentación es un factor más, aunque muy relevante, dentro de lo que se define como un estilo de vida saludable. Cuando informamos sobre alimentación y salud, debemos tener en cuenta que no existen alimentos buenos ni malos, sino una dieta adecuada o inadecuada, y que ésta debe estar combinada con la práctica de una actividad física regular. Además, es importante señalar que, junto con la alimentación, existen otros factores importantes que influyen en la salud, como los ambientales o la predisposición genética.

3.       COMUNICACIÓN DEL RIESGO ALIMENTARIO. Conviene diferenciar claramente lo que es una “alerta alimentaria”, con datos objetivos contrastables, de la “percepción subjetiva del riesgo alimentario” que ocasionalmente puedan tener los ciudadanos y evitar, en todo caso, alarmas innecesarias. Todas las crisis empiezan con una alerta previa por lo que conviene ser vigilantes y cautelosos al respecto de las mismas cuando se hacen públicas. (por ej. Evitando utilizar imágenes de productos supuestamente afectados que no se corresponden con los realmente retirados). Las crisis también se pueden prevenir divulgando estilos de vida saludables, con informaciones planificadas, contextualizándolas para que sean completas y no sólo una parte.

4.       UN PRODUCTO MUY REGULADO. Para que un alimento llegue a la mesa del consumidor debe cumplir con una compleja y exhaustiva legislación en materia de calidad y seguridad alimentaria. Estas normas regulan los controles, la seguridad alimentaria, la calidad, la información al consumidor, la comunicación de los beneficios para la salud y la publicidad, entre otros aspectos. Para informar sobre alimentación y nutrición, es imprescindible conocer y tener en cuenta esa regulación, así como saber transmitir a los ciudadanos sus implicaciones. Del mismo modo, exigimos a las autoridades mayor eficacia, control y difusión pública de las tareas de inspección.

5.       FUENTES VÁLIDAS DE INFORMACIÓN. Como en cualquier otra información, en temas de alimentación y salud existen fuentes con intereses y puntos de vista distintos. Una sola fuente no debe ser suficiente para elaborar una información ponderada. Es necesario contar con fuentes relevantes, sólidas y fiables que aporten opiniones cualificadas del mayor número posible de actores, y que ofrezcan respuestas rápidas. Igualmente, resulta necesario contrastar las noticias servidas por agencia sobre hallazgos o informaciones procedentes de fuera de España. (Ante cualquier duda, junto con las Administraciones Públicas, tanto ANIS como FIAB –fuente de contacto de sectores y empresas- se ofrecen a ser puntos de contacto para ayudar a contrastar cualquier información en este ámbito).

6.       IMPORTANCIA DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA. Cualquier estudio válido requiere cumplir con los patrones básicos de la investigación científica: que sean realizados por entidades de prestigio, que cumplan en cuanto a muestra, duración, metodología, revisión de pares, etc. Igualmente, es preciso confirmar si los resultados son extrapolables de un país a otro, así como saber diferenciar entre los estudios experimentales y los meramente observacionales, así como si están realizados en animales o en humanos. Por último, la hay que tener en cuenta que la evidencia científica es temporal por lo que será clave relativizar la información hallada y valorar siempre el grado de la evidencia.

7.       TRANSPARENCIA EN LA INFORMACIÓN. Para ello es importante conocer los vínculos entre las fuentes de información y quiénes la promueven, desvelándolos para su correcta interpretación. Dicha transparencia debe ser exigida a todas las fuentes de información: agencias de información, sociedades médicas y científicas, universidades, centros médicos, organizaciones de consumidores, fabricantes de alimentos y bebidas, etc.

8.       QUE LA ORIGINALIDAD NO COMPROMETA LA VERACIDAD. Dado el carácter sensible de la información sobre alimentación y salud, la originalidad en la exposición y el enfoque no debe impedirnos mantener como premisas el rigor, el equilibrio y la precisión. Lo noticioso no puede ser sólo lo negativo. Además debemos evitar la “medicalización de los alimentos” que pueda inducir a los ciudadanos a realizar hábitos alimentarios extremos contrarios a la salud. Otorgar propiedades saludables a los alimentos sin evidencia científica contrastada es una práctica que debemos evitar mediante el rigor científico y la precisión informativa, de una manera sencilla y transparente. Una mala información también perjudica gravemente la salud.

 9.       USO RESPONSABLE DE INTERNET. Internet es una inestimable fuente de información, y a la vez se ha convertido en la principal vía de circulación de mitos y bulos sobre la alimentación. Es importante saber identificarlos y a ser posible utilizar como fuente de consulta únicamente webs acreditadas con sellos de calidad del ámbito científico (HON Code, WMA, WIS…). El uso de información obtenida en Internet no nos excluye de la responsabilidad de contrastar su veracidad y su vigencia. (Ante cualquier duda, junto con las Administraciones Públicas, tanto ANIS como FIAB –fuente de contacto de sectores y empresas- se ofrecen a ser puntos de contacto para ayudar a contrastar cualquier información en este ámbito).

10.   CORRESPONSABILIDAD. Los informadores de salud podemos liderar el diálogo entre las partes –Administración, instituciones públicas y privadas, empresas de alimentación y bebidas, etc.- con el objetivo de asegurar una información veraz y objetiva para el ciudadano. Por lo tanto, reclamamos que las fuentes sean fácilmente identificables, accesibles, disponibles para los medios, y que proporcionen información relevante donde primen los criterios de objetividad y no los publicitarios. Los informadores debemos ser objetivos respecto a las instituciones que financian una investigación sobre alimentación o nutrición, y no discriminar la difusión pública de la marca con independencia de los resultados obtenidos. Del mismo modo, es nuestro deber y el de las administraciones sanitarias, desenmascarar las malas prácticas o los fraudes.

Este documento nos parece de extraordinaria importancia y esperemos que llegue rápidamente a todas aquellas personas que realizan comunicación sobre alimentos.

Enhorabuena a ANSI y FIAB por la iniciativa.

Un saludo.

Javier San Martín

Fundador de Aloyn

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Alimentación y Salud: el compromiso de la industria alimentaria

septiembre 23, 2012

Con este título se ha presentado esta semana un interesante estudio de FIAB que recoge las acciones más relevantes a favor de una alimentación cada vez más saludable desarrolladas en el sector en los seis años que van del 2005 al 2010.Image

El estudio comprende diferentes secciones: información al consumidor, marketing, publicidad, mejora de la composición de los productos, I+D+i y promoción de hábitos saludables.

Sin duda habrá muchas más actuaciones realizadas en estos ámbitos, pero las recogidas son sin duda una selección representativa de las mejores iniciativas llevadas a cabo.

Incluye tanto actuaciones realizadas por instituciones públicas y asociaciones empresariales, como por empresas.

Es un estudio interesante y muy recomendable. Os lo podéis descargar a través de este vínculo:

Haz clic para acceder a documentomenu_20120718080937.pdf