En tan solo unas semanas hemos pasado del optimismo moderado a la euforia expansiva de los mercados financieros. Es cierto que las bolsas anticipan los ciclos de la economía real, pero también es cierto que algunas veces los exageran (exuberancia irracional) y otras veces se equivocan, como ocurrió en el 2010. Las bolsas anuncian con fuerza el final de la Gran Recesión en Europa para el 2014. No obstante, 2013 será un año de tránsito, severo, en el que la economía española se seguirá contrayendo. Lo que si es cierto es que los grandes gurus apocalípticos como Paul Kraugmam y Rubini, que presagiaban la salida de España y la implosión del euro, se han equivocado. ¿Está fundamentado el optimismo de los mercados financieros sobre España y Europa?
Las causas: recuperando la confianza
La interpretación más plausible es que estamos recuperand la confianza de los mercados por cuatro razones: La primera es que, aunque lentamente, España está reduciendo su deuda privada y pública. La segunda es que se están acometiendo, con decisión aunque con retraso, las reformas estructurales, siendo las más valoradas la reforma laboral y la financiera. La tercera es que la moderación salarial está reduciendo los costes laborales unitarios y como consecuencia mejorando la productividad y competitividad. La cuarta es que el riesgo de implosión del Euro se ha desvanecido tras el anuncio de apoyo del BCE a la deuda pública periférica, la creación del MEDE y la aprobación del Supervisor Bancario Único.
Como consecuencia de todo ello el clima de confianza se está restaurando y se ha iniciado una espiral de contagio positivo, que durará mientras la voluntad política de nuestros gobernantes nacionales y europeos persevere en la consolidación fiscal y en las reformas, asi como en los avances en la integración monetaria y fiscal europeas.
Señales a los mercados financieros
El desendeudamiento de España y la recuperación de la competitividad, unidos a la voluntad política y perseverancia en las reformas, emiten señales a los mercados que actúan como palancas de la confianza. Entre ellas podemos citar el aumento de la competitividad que está mejorando el saldo de la balanza comercial española, que por primera vez en las últimas décadas, alcanza un saldo positivo, si excluimos el déficit energético. Desde el inicio de la crisis en 2007, España es de los pocos países que mejoran su cuota de exportaciones a la eurozona y que menos deteriora su cuota internacional. En el plano financiero, los mercados se han empezado a abrir para nuestros bancos y empresas, que han captado más de 15.000 millones en el mes de enero. Como consecuencia, las tensiones de liquidez empiezan a mitigarse y los bancos españoles reducen su dependencia del BCE, habiendo iniciado la devolución de los préstamos a largo plazo de los meses de diciembre del 2010 y febrero de 2012. Las fugas de capitales al norte de Europa han desaparecido, y los inversores extranjeros demandan con avidez tanto las emisiones corporativas como las públicas. El sector público ha colocado en el mes de enero, con sobredemanda, cerca de 30.000 millones de euros a distintos plazos, el 60% entre no residentes. Gran parte de las empresas del IBEX están aprovechando esta ventana de liquidez.
Las nuevas necesidades de financiación externa de nuestra economía se están reduciendo aceleradamente: la balanza en cuenta corriente ha mejorado desde el -10% de PIB en 2007, hasta su equilibrio en 2012. A partir de 2013 la deuda externa española empezará a reducirse. Como consecuencia, la prima de riesgo de la deuda pública y privada se ha reducido drásticamente.
El escenario Económico Europeo
El escenario económico europeo ha empezado a mejorar cuando se ha tomado conciencia del riesgo de implosión de la UE y se han adoptado decisiones políticas valientes y solidarias como la creación de Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) y se ha prestado ayuda decidida a Grecia, y a España. El anuncio del BCE de intervenir, sin límite, en los mercados de deuda y la proclamación de la irreversibilidad del euro, ha supuesto un cambio en la política europea, fundamental para recuperar la confianza de los mercados. Diez palabras de Mario Draghi han sido suficientes para recuperar la confianza. Esta es la fuerza de la política cuando es coherente y firme.
Otras decisiones políticas que han contribuido a la recuperación de la confianza en Europa han sido: el inicio de la Unión Bancaria Europea con la aprobación del Supervisor Único Europeo, y la promesa de consensuar el definitivo avance en la integración fiscal. Mantener e incrementar la confianza exigirá que los politicos y gobernantes europeos se comprometan en una hoja de ruta en la que se concreten las etapas para la creación del Fondo de Garantía de Depósitos y el Mecanismo de Resolución y Liquidación bancaria, pasos necesarios para completar la Unión Bancaria. En paralelo se debe avanzar en la integración fiscal y presupuestaria, y en la creación de mecanismos de mutualización, tanto de la deuda soberana como bancaria. La confianza de los mercados se habrá logrado totalmente cuando estén convencidos de que los políticos y gobernantes europeos están decididos a avanzar en esta dirección a un ritmo adecuado, por una senda irreversible. La superación de la crisis es un problema fundamentalmente de credibilidad política.
El contexto internacional
Las previsions del FMI de crecimiento mundial en 2013 son moderadamente optimistas. Según el FMI el PIB mundial crecerá al 3,5% en 2013, frente al 3,2% del 2011. Un crecimiento a múltiples velocidades. La economía mundial va a estar impulsada por los países emergentes y en desarrollo que crecerán a un ritmo del 5’5%: China e India al 8,2% y 5,9% respectivamente, América Latina al 3,6%, Oriente Medio y Norte de Africa al 3’4%, Rusia al 3,7%, Europa central y oriental al 2’4%, Africa subsahariana al 5’8% y Japón al 1’5%.
En este escenario mundial, la reciente diversificación de las exportaciones españolas hacia los países emergentes y en vías de desarrollo apoyará la continuidad de la mejora de la balanza comercial española. Por el contrario la Zona Euro continuará en ligera recesión hasta finales del 2013 (-0,2% del PIB), con un ligero crecimiento en Alemania (0,6%) y Francia (0,3%) y con recesión en Italia (1%) y España (-1’5%). La mejora de las condiciones financieras y las reformas no se reflejarán en la economía real hasta el año 2014, con un año de retraso en el caso de Italia y España y el resto de los países periféricos, exceptuando Irlanda.
Los riesgos latentes
La superación definitiva de la gran recesión, todavía no está totalmente conseguida y no se debe caer en la autocomplacencia. Los países occidentales y especialmente Europa deben de perseverar en la consolidación fiscal y en las reformas estructurales. La superación de la crisis exige, la cooperación de todos los países a nivel internacional. A diferencia de otras crisis, ningún país por sí solo, ni siquiera EEUU, tiene potencia de arrastre para sacar al mundo de la Gran Recesión. La definitiva superación del precipicio fiscal por parte de EEUU, las elecciones de Alemania e Italia, la permanencia de Grecia en Europa, los avances en la integración monetaria fiscal y europea, el éxito de las políticas monetarias y fiscales expansivas que eviten una nueva recaída de Japón en la deflación, la reactivación de la economía China y la reforma de su modelo productivo hacia el mercado doméstico y el precio de las materias primas y los alimentos, son riesgos latentes a vigilar que podrían dar al traste con la recuperación.
España en la senda de la recuperación
La superación de la crisis en España también es un problema fundamentalmente político. Afirmar que España puede iniciar su recuperación en el 20014, no es ninguna utopía si nuestro gobierno aborda con rigor y sin retrasos el plan de reformas consistentes en: continuar el proceso de reducción del déficit estructural, con un calendario flexible que permita operar a los estabilizadores automáticos y combinándolo con políticas de crecimiento; ultimar la reforma bancaria y poner en marcha el SAREB; continuar profundizando en la reforma laboral y en la del mercado de bienes y servicios; acometer de una vez por todas la reforma de la energía y del mercado único; abordar la reforma de la educación y de las políticas sociales para que el Estado del Bienestar sea sostenible; abordar la reforma de la administración y del modelo territorial, reduciendo duplicidades, adelgazándola y aumentado su eficiencia.
Las reformas se deben acometer simultáneamente. La reforma laboral no está dando todos sus frutos, porque en paralelo no se han acometido la reforma de los mercados de bienes y servicios, la reforma fiscal y la de la administración. Son reformas que se retroalimentan. Los mercados financieros están dando a nuestro gobierno un voto de confianza. La bolsa se está recuperando, y muchos analistas la recomiendan como oportunidad de inversión para 2013. El gasto interno se iguala a la generación de renta, dejando de vivir por encima de nuestras posibilidades; el sector privado (empresas y familias) está consiguiendo que su ahorro financie la inversión, reduciendo su endeudamiento y contribuyendo a la financiación del sector público; la moderación salarial está permitiendo que los costos laborales unitarios se reduzcan y la productividad y competitividad de nuestra economía aumente y la cuota de mercado exterior aumenta por encima de la media europea. El modelo productivo español orientado fundamentalmente a la demanda interna está iniciando su transformación con un mayor peso de las exportaciones. Las medianas empresas han iniciado su internacionalización y la cuota de mercado exterior de España se está diversificando con una mayor penetración en los mercados emergentes de Asia y Latinoamérica.
Todo lo expuesto nos hace confiar en que esa luz que se percibe en el horizonte aumente su luminosidad en los próximos años. Todo va a depender de nosotros mismos. Gobierno, oposición, fuerzas sociales, trabajadores, debemos de persistir en el camino de la gran transformación y reinvención que necesita nuestro país. De todos depende que el año 2014 sea el inicio de la recuperación, la creación de empleo vendrá a continuación con cierto retraso. Que así sea va a depender de la voluntad política de nuestro gobierno, de la responsabilidad de la oposición y de los sindicatos, del esfuerzo de los trabajadores y de la capacidad de innovación, creatividad e internacionalización de nuestras empresas.

Fernando Faces García
Profesor Instituto Internacional San Telmo
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