Liderazgo positivo

octubre 3, 2012

Vivimos unos momentos en los que mostrarse optimista resulta políticamente incorrecto.

Desde las más altas instancias del Estado se nos insta (valga la redundancia) a resignarnos con lo que nos toca, que son tiempos difíciles y que hay que pasarlo mal. El propio Jefe de Gobierno dice que no hace lo que le gusta, sino lo que no tiene más remedio.

De un tiempo a esta parte la sociedad está cayendo en la depresión y la resignación ante lo que viene y, como parte de dicha sociedad, nuestras empresas y sus líderes se instalan en la impotencia y en el aguardar acontecimientos esperando que escampe. No se trata de pesimismo. Es algo peor, es el sentido de futilidad de los esfuerzos. Es, por tanto, pasividad y catatonía ante los acontecimientos, supone irresponsabilidad al poner el acento en “el otro”, en “lo externo”, en “las circunstancias”(“yo no soy responsable de lo que pasa, hago lo que puedo”, “la culpa es de la crisis”). Repetimos: resignación, impotencia e irresponsabilidad.

Vivimos una situación económica y empresarial sin liderazgo, sin directivos que afronten los acontecimientos con fuerza y con esperanza en el futuro. Y como nuestros directivos no “remontan” siquiera mentalmente… ¿Cómo van a remontar nuestros empleados las empresas? Lo que nos lleva, nuevamente a dar una vuelta en el círculo vicioso: las empresas no remontan, no hay motivos para la esperanza y como no hay motivos para la esperanza… las empresas no remontan.

Está de moda habla de “engagement”. ¿Qué engagement? ¿El que nos vincula a unos directivos pasivos, resignados e impotentes? Para eso es mejor el “pasotismo” y no implicarse.

Se hace necesario y cada vez con más prioridad, más urgencia y más fuerza desarrollar un liderazgo positivo que se muestreoptimista ante el futuro,que sea capaz de crear esperanza yque ilusione y enganche a los empleados.

Levantar una empresa es tarea ardua y difícil para la que hace falta una dosis muy elevada de ilusión, esperanza, optimismo y confianza en la propia valía.

Desde aquí mi llamamiento a nuestros directivos y líderes de empresa: o nuestro liderazgo es positivo e ilusionante o mejor que dejemos nuestro puesto a quien sí se muestre triunfador y con ganas de éxito.

En definitiva, actúa responsablemente y genera éxito en tu entorno. Podrás generar compromiso cuando generes optimismo y confianza en el futuro. El engagement de tus empleados depende de ti. Mejor dicho de tu optimismo.

 

Iñaki Pérez
Socio-Director de BCD
Socio-Director de Dir2
iperez@bcdev.es